
Los atributos de Dios Arthur W. Pink
La "soledad" de Dios
El autor comienza el capítulo resaltando diversas características de Dios, mencionando la grandeza de su carácter Divino, el cual inspira temor e incita a la adoración. También mencionando que Dios es grande en sabiduría, maravilloso en poder y lleno de misericordia. Éxodo nos menciona que Dios es único en su excelencia: "¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?".
En Génesis 1:1 leemos que Dios en su soledad creó los cielos y la tierra.
Antes de ese acto, no había tierra que pudiera ocupar su atención, ni ángeles que cantaran sus alabanzas o un universo que se mantuviera por la palabra de su gran poder. No existía, ni había nadie, sino el mismo Dios, y así menciona que fue "desde el siglo", es decir, desde una eternidad pasada. Si éstos mismos le fueran necesarios en algún momento serían creados y llamados a la existencia desde toda la eternidad, pero no fue así. En ese tiempo Dios estuvo en soledad, siendo Él mismo completo, suficiente, pleno, satisfecho en sí mismo, no teniendo necesidad de nada en absoluto. Esta creación, a su autor no le añadió nada, Él no cambia, ésto afirma su palabra en Malaquías 3:6 "Porque yo soy Jehová y no cambio..."
Asimismo, su gloria substancial no aumenta y tampoco disminuye. Dios no tenía ningún tipo de obligación ni necesidad de crear. Si lo hizo fue por su plena Soberanía (otro de sus atributos) y por su propia y buena voluntad.
Así como Dios no ganó nada al crearnos a nosotros y todo lo que existe, tampoco sale ganando nada, ni siquiera con nuestra adoración. No necesitaba ni tampoco necesita esa gloria externa de su gracia que le atribuimos porque ya es suficientemente glorioso en sí mismo. Que glorifiquemos a Dios no hace con que aumente su gloria, Él ya es vasto en sí mismo.
El autor nos menciona, que el motivo que movió a Dios a predestinar a sus elegidos para su alabanza, fue el puro efecto de su voluntad (Efesios 1:5) "en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad".
ES IMPOSIBLE SOMETER A DIOS, TODOPODEROSO A OBLIGACIÓN ALGUNA HACIA NOSOTROS. A veces escucho en algunas congregaciones, predicaciones y oraciones, términos como "YO decreto tal cosa...", "YO ordeno al Espíritu Santo tal otra..." "YO determino esto otro..." y me pregunto ¿Quiénes somos nosotros para ordenar a Dios a hacer algo? O peor aún, ¿Quién soy yo, para "decretar" algo y pensar que por hacerlo Dios tiene la obligación de cumplirlo?. Dios no sale ganando nada con nosotros. Nuestra obediencia tampoco ha aprovechado en nada a Dios.
El libro también nos menciona que Jesús no añadió nada a la esencia de Dios y a su gloria, ni por lo que hizo, ni por lo que sufrió. Jesús nos manifestó la gloria de Dios, pero no le añadió nada a su Padre. Podemos leerlo en el Salmo 16:2 "Mi bien a ti no aprovecha". Si Dios, con su infinita y maravillosa voluntad hubiese deseado, habría continuado solo por toda la eternidad, sin que ninguna criatura conociese su gloria. El que lo haya hecho así, o de otra manera, fue únicamente por su propia y maravillosa voluntad.
Dios era (y es) perfectamente bendito en sí mismo antes de la existencia de la primera criatura.1 Timoteo 6:15,16 "15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, 16 el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén" "Él tal debe ser reverenciado, glorificado y adorado. Él está solo en su majestad, es único en su excelencia, incomparable en sus perfecciones. Él lo sostiene todo, pero, en sí mismo, es independiente de todo. Él da a todos, pero no es enriquecido por nadie" (pág 13).Dios no puede ser conocido a través de la investigación, solo es conocido tal como el Espíritu Santo lo revela al corazón, a través de la Palabra.
Asimismo, solo puede ser conocido por aquellos a quienes se da a conocer. Ni el intelecto puede conocerlo, pues, "Dios es Espíritu" (Juan 4:24) por ende, solo puede ser conocido espiritualmente. El hombre caído es pecaminoso, no es espiritual, sino carnal. "Está muerto a todo lo que es espiritual. A menos que nazca de nuevo, que sea llevado sobrenaturalmente de la muerte a la vida, milagrosamente trasladado de las tinieblas a la luz, no puede siquiera ver las cosas de Dios. (Juan 3:3" (pág 14) tampoco puede entenderlas, pues carece de discernimiento. (1 Corintios 2:14).
Luego de leer este capítulo, pude apreciar lo bondadoso que es Dios, ya que, sin necesidad de crearnos, lo hizo, no le aportamos nada a Él al crearnos. Aún así nos brindó la oportunidad de vivir, apreciar su creación, sus maravillas y su amor.
Este capítulo me hizo meditar en la frase "Yo sin Dios no soy nada, pero Dios sin mi sigue siendo Dios." Él sin mi es pleno, completo, yo sin Él no puedo ser nada.

La omnisciencia de Dios
Del latín omnis "todo" y sciens, -entis "que sabe", en pocas palabras, la omnisciencia es la capacidad de conocerlo, saberlo todo.
Dios posee esta capacidad, conoce todo lo real, todo lo posible, incluso lo que nos es imposible. Tiene conocimiento de las criaturas del mundo pretérito, presente y futuro.
¡¿No te parece grandioso?! El Creador conoce cada detalle de su creación, tu anatomía, las galaxias más lejanas jamás vistas, nuestros pensamientos y deseos más profundos, más oscuros. Conoce todos los detalles de todas las criaturas que existen en el cielo, en la tierra y en el infierno. Existen tantos versículos en su maravillosa Palabra que denotan esta capacidad del Señor, pero dejaré algunos para que puedas leerlos y entender que ni aunque quisieras esconderte en la más oscura y lejana caverna, no podrías, pues nuestro Creador TODO LO SABE:
Mateo 10:30 Nos revela "Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados."
Salmos 147:4 "Cuenta el número de las estrellas, {y} a todas ellas les pone nombre."
Daniel 2:22 "El es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con El."
Job 34:21 "Porque sus ojos observan los caminos del hombre, y El ve todos sus pasos."
Job 31:4 ¿No ve El mis caminos, y cuenta todos mis pasos?
Salmos 33:13-15 El SEÑOR mira desde los cielos; El ve a todos los hijos de los hombres. Desde el lugar de su morada El observa a todos los habitantes de la tierra; El, que modela el corazón de cada uno de ellos; El, que todas las obras de ellos entiende.
Salmos 139:2-3 Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos.
Jeremías 23:24 ¿Podrá alguno esconderse en escondites de modo que yo no lo vea? --declara el SEÑOR. ¿No lleno yo los cielos y la tierra? -declara el SEÑOR.
El salmo 139:6 nos revela "Más maravillosa es la ciencia (conocimiento) que mi capacidad; alta es, no puedo comprenderla. El salmista hace referencia al conocimiento perfecto e incomprensible de Dios, Él nunca se equivoca, es inmutable, y no pasa por alto cosa alguna, ni el más mínimo detalle. Podría citar aquí el famoso versículo "No cae una hoja de un árbol si no es de la voluntad de Dios" pero para mi sorpresa, este no es un versículo siquiera, sino que es una frase muy popular en todo el mundo dicha por el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha a su escudero Sancho Panza, ¡y cuánta razón tiene! Nada, ni siquiera la hoja de un árbol puede caer sin que Dios lo permita.
Ni la oscuridad de la noche, ni la más espesa cortina, ni la más profunda mazmorra pueden esconder al pecador de los ojos de la Omnisciencia. Los árboles del huerto fueron incapaces de esconder a nuestros primeros padres. Ningún ojo humano vio a Caín cuando asesinó a su hermano, pero su Creador fue testigo del crimen. Sara podría reír burlonamente oculta en su tienda, mas Jehová la oyó. Acán robó un lingote de oro que escondió cuidadosamente bajo tierra, pero Dios lo sacó a la luz. David se tomó mucho trabajo en esconder su iniquidad pero el Dios que todo lo ve no tardó mucho en mandar uno de sus siervos decirle "Tú eres aquel hombre".
Si fuera posible, la humanidad despojaría esa característica de Dios. Pues los hombres impíos odian esta perfección Divina, no soportan que el Testigo de sus pecados escudriñe sus corazones y sea Juez de sus acciones, "Y no dicen en su corazón que tengo en la memoria toda su maldad" (Oseas 7:2). No obstante, la omnisciencia de nuestro Señor es para nosotros una verdad llena de consolación.
Asimismo, el Señor conoce todas nuestras aflicciones, pues esto, para el creyente es una verdad llena de consolación, como menciona Job "Más el conoció mi camino" (23:10), haciéndonos una idea de lo que padeció Job, a causa de su integridad, él tenía su fe en el Señor, pues sabía que todo lo que estaba pasando tenía un propósito divino, no se preocupó por las adversidades ni sus pérdidas, ya que quien lo guardaba conocía todas sus luchas e inquietudes. El Señor conoce, cuando nos sentimos fatigados, decaídos, "Él conoce nuestra condición; acuérdase que somos polvo. (Salmo 139:23).
¿Ya te has preguntado si el Señor ha de escuchar nuestras oraciones entre la multitud que le oran? No hay peligro de que un hijo suyo sea pasado por alto entre tanta gente, Dios conoce lo que hemos de orar aun antes de hacerlo, Isaías 65:24 dice "Será que antes que clamen, responderé yo; aun estando ellos hablando, yo habré oído".
"Grande es el Señor nuestro, y de mucha potencia; y de su entendimiento no hay número" Salmo 147:5.
Nuestro Padre, no solamente tiene el conocimiento de las cosas pasadas, todo lo que ahora sucede en todo el universo, y lo que sucederá, desde el hecho más grande al más insignificante en el porvenir, Él tiene conocimiento perfecto. Así, su conocimiento del futuro es tan completo como lo es en su conocimiento acerca del pasado y presente. Ésto es así, porque depende eterna y únicamente de Él. De esta manera, todo lo que Dios ha propuesto está garantizado debido a su poder y sabiduría infinita. Este perfecto conocimiento de nuestro Padre, podemos verlo reflejado en toda la Biblia. En el Antiguo Testamento podemos encontrar decenas de ejemplificaciones de las predicciones referidas a la historia de Israel, las mismas han sido cumplidas siglos después de que fueron hechas. Asimismo, en el Antiguo Testamento podemos hallar, desde el primer libro de la Biblia predicciones acerca de Cristo que se cumplirían miles de años de después de manera perfecta. Estas profecías solo podían ser dadas por Aquel que conoce el final desde el inicio porque Él lo creó. Aun así, la Biblia nos muestra que todavía muchas de estas profecías no se han cumplido, pero se cumplirán de manera perfecta según lo expresa ella.
Todo lo que sucede es por la única y exclusiva voluntad de Dios, no solamente Dios sabe que pasarán tales como la muerte y crucifixión de su Hijo unigénito, no solo lo sabía, sino que en su soberanía lo ha ordenado de ese modo, y así sucedió desde la predicción de la venida de su Hijo a la Tierra, su muerte y resurrección muchos siglos antes de que ésto sucediera.
En conclusión, ¡Cuán limitados somos! ¿Cuántas veces hemos actuado creyéndonos omniscientes y olvidamos que solo Él lo es? Que solo Nuestro Padre es conocedor de todas las cosas.
Muchas veces pensamos "¿Para qué orar? Dios sabe de todas mis necesidades" Si, Él sabe incluso nuestros miedos más escondidos, sabía de nuestra existencia mucho antes de que fuéramos formados en el vientre de nuestra madre. Sabe la hora exacta que dejaremos de respirar, y aun así ¿no somos capaces de depender de Él?.
"Tú eres el Dios de la vista" (Génesis 16:13) Nada de lo que hacemos, pensamos o decimos puede escapar del conocimiento de Dios ¿No te parece ésto asombroso? Siempre que pienso en su sabiduría infinita, incluso en los mínimos detalles Él es capaz de sorprenderme, pues, Él conoce todo de mí, Él diseñó cada célula de mi cuerpo, cada cabello que se desprende de mi cabeza, sabe de mis peticiones antes de que lo haga y sabe de ellas incluso cuando no lo hago, por eso me sorprendo cada día con su inmenso amor, Él sabe, en lo personal, que amo su creación en la naturaleza y en mi distracción siempre me regala una muestra de la misma en los atardeceres, en los árboles, en las ocurrencias de los niños en la escuela, o en los detalles de las flores. Eso me hace adorarlo, me hace impresionarme cada día más de Él, porque Nada de lo que yo haga puede impresionar a Dios, pero todo lo que Él hace es una eterna sorpresa para mi.